Además tiene poderosos efectos sobre el cerebro, según demuestran recientes estudios científicos.
Plasticidad cerebral. Tras examinar a 105 personas de las que 80 eran bilingues, científicos del University College de Londres (Reino Unido) detectaron que conocer un segundo idioma modifica de manera positiva la estructura del cerebro, en concreto el área que procesa información.
En particular, mejora la llamada plasticidad cerebral, potenciando el aprendizaje y la memoria.
Retrasa el Alzheimer. Ellen Bialystok, profesora de Psicología de la Universidad de York en Toronto (Canadá), realizó un estudio con 450 pacientes con Alzheimer, la mitad de los cuáles habla hablado dos lenguas la mayor parte de su vida, mientras el resto sólo manejaba una.
Bialystok encontró que las personas que hablaban más de un idioma empezaron a mostrar los síntomas de la enfermedad entre 4 y 5 años más tarde. Más concentrados. De acuerdo con una investigación publicada el año pasado en la revista Psychological Science, los niños que aprenden mas de un idioma tienen más capacidad de concentrarse y focalizar su atención, ignorando las interferencias que pueden distraerlos. Gimnasia mental.
Cuando una persona bilingue cambia de un idioma a otro está ejercitando su cerebro, según ha podido comprobar Judith Kroll, del Centro de Ciencia del Lenguaje de la Universidad Penn State (EE UU). Esta "gimnasia cerebral" le permite manejarse mejor en situaciones de multitarea, es decir, trabajar en varios proyectos al mismo tiempo.